"When dealing with people, remember you are not dealing with creatures of logic, but creatures of emotion." ['Cuando trates con personas , recuerda que no tratas con criaturas de lógica , sino con criaturas de la emoción']. - Dale Carnegie
"Una mañana te levantas, abres la ventana y sientes como el sol comienza a calentar el ambiente mientras su luz, reciente aún, dota al paisaje urbano de un filtro apaciguado y calmado. Algo llama tu atención, es un chaval de unos 17 años, anda cogido de la mano de una chica preciosa. El chaval aparenta nerviosismo, eso lo notas, y sabes que lo peor que te puede pasar en ese momento es no cumplir las expectativas de tal mujer.
Y justo mientras ese pensamiento pasa por tu cabeza, ves como el chaval intenta besarla, pero se tropieza con su propio zapato y cae de bruces contra el suelo de forma que su cara topa a una velocidad desenfrenada con el cemento (Ouch! Casi te duele a ti el doble que a él), justo en el lugar dónde anteriormente un enorme San Bernardo bueno… digamos que ha liberado a Willy (Puaj!).
Es aquí dónde te partes la caja de risa, no sin dejar de percibir una sensación de vergüenza constante en tu persona y aún con un vestigio de esa atenuada sensación de dolor en la jeta que has compartido con el chaval. Empiezas bien el día, no queda duda."
¿Qué ha hecho de esta situación algo tan entretenido?
Por un momento, pensemos en 'científico'.
¿Qué información o conjunto de informaciones estimulantes hemos interpretado en nuestro cerebro para haber disfrutado tanto del dolor ajeno? ¿Ha sido la capacidad de interpretar las ondas de luz que reflejaba el chaval y con ello el movimiento torpe y nervioso? ¿Ha sido el sonido que emitía un pequeño gorrión al ritmo de las torpezas del pretendiente? Bueno, probablemente respondas que un conjunto de modalidades estimulares darían la explicación más lógica y no te equivocarías. Aunque todos esos estímulos han contribuido a interpretar la escena que se te planteaba desde tu ventana queda en el tintero el factor más importante e inherente al ser humano: la empatía.
¿Qué es exactamente la empatía y por qué es tan importante para disfrutar de situaciones ajenas?
Empatía es la habilidad de experimentar emociones de otra persona a través de una comprensión implícita o explícita de su situación.
Es por esta capacidad de compartir la emoción de otra persona por la que no sólo has estado visualizando una situación, sino que has experimentado de forma algo más difusa cada sensación que pasaba el chico. Desde su nerviosismo hasta su dolor pasando por su vergüenza (incluso el asco implícito en el hecho de haber estampado tu cara contra… Willy)
Probablemente este término no es nuevo para ti, pero aparte de entender el concepto de empatía ¿No resultaría interesante conocer qué subyace a esta capacidad tan exclusiva?
Bien, estudios recientes puntúan dos tipos diferentes de sistemas de empatía en humanos desde el punto de vista evolutivo y neurocientífico:
- Contagio emocional: “Siento lo que tu sientes”
- Perspectiva cognitiva avanzada: “Entiendo lo que tu sientes”
Entonces la Empatía no sólo nos permite experimentar una emoción elicitada por la emoción de alguien más, sino que también predice comportamientos y permite el entendimiento de las intenciones de otro.
Esto quizás os recuerde a la teoría del aprendizaje social por imitación que elaboró Bandura. Pero para comprender qué relación tiene todo esto vamos a ver como es el sistema de empatía en humanos:
Estos tres conceptos principales están involucrados en el sistema de empatía humano:
- Empatía afectiva a través del contagio emocional
- Sensaciones físicas viscerales, una forma de analizar las expresiones emocionales
- Desarrollo infantil, para construir asociaciones entre las expresiones y las sensaciones.
Bien, conociendo esos conceptos podemos hablar de los dos sistemas independientes de empatía en el cerebro antes nombrados: Empatía afectiva y empatía cognitiva.
- Empatía afectiva: Está basada en un mecanismo automático, no intencionado, incontrolable e inaccesible atencionalmente llamado Contagio emocional. Que viene a ser la tendencia de mimetizar y sincronizar las expresiones faciales, vocalizaciones, posturas y movimientos con los de otra persona de forma automática y con ello converger emocionalmente. Por esta razón sentimos el dolor y la vergüenza de ese pobre chaval que miramos por la ventana. Además resulta curioso el provecho que se obtiene en cine induciendo emociones gracias a este sistema.
- Empatía cognitiva: Como dijimos antes, es básicamente la capacidad de comprender el objetivo e intenciones de una acción visualizada. De aquí se explica que supiéramos de antemano que la intención del pobre chaval era besar a su chica, no besar a Willy.
Pero la teoría no es nada sin un sustrato biológico que apoye esta capacidad humana, y es aquí cuando metemos las manos en la neurociencia. Para explicar esto vamos a hablar de 3 sistemas biológicos básicos que parecen ser dónde recae la empatía:
· Sistema de neuronas espejo:
Es uno de los principales mecanismos para la empatía. Las neuronas espejo con aquellas neuronas del área motora que disparan tanto en la ejecución de acciones propias como en la observación de acciones ajenas. Se descubrieron en un estudio con macacos (1992) en los que se activaban cuando el animal agarraba comida y cuando observaban a un humano coger comida.
Han sido propuestas como un paso crítico para la estimulación de estados mentales de otros, vía mapeado del input sensorial a una representación interna.
Además se ha descubierto que no sólo se activan por vía visual sino también por vía auditiva, interpretando sonidos relacionados con una acción.
En resumen, las neuronas espejo proporcionan una “Vía de entrada sensoriomotora para la formación de una representación interna de un estado personal observado”.

· Sensaciones viscerales y físicas:
En el cerebro, la corteza somatosensorial es responsable de sentir el estado interno del cuerpo, desde visceral hasta posicional, pasando por el sentido del tacto, temperatura y dolor.
En resumen se sugiere una asociación de estímulos viscerales placenteros o punitivos.
Gracias a esto se “Interpretarían” los procesos viscerales que acompañan a la emoción observada, creando una sutil sensación en nuestro propio cuerpo, copia de la sensación observada.
Bien, pues si tuviéramos un robot y quisiéramos que fuese capaz de empatizar, este debería simular estas tres áreas cerebrales, y en teoría, sería capaz de sufrir al vernos darnos un martillazo en un dedo.
A pesar de todo el conocimiento que ya se tiene queda claro que el sistema de empatía, como casi todos los sistemas cerebrales, son mucho más complejos y abstractos, pero el hecho de que se haya delimitado una base biológica sobre la que seguir estudiando un proceso tan fascinante como la empatía es un gran avance ya en el conocimiento del ser humano.
Ahora que sabes un poco más sobre la empatía, deja volar tu imaginación; ¿Qué se podría conseguir con un control total sobre los procesos de empatía? Pues desde crear una Inteligencia Artificial hasta ¿quién sabe?, optimizar el aprendizaje de deportes, instrumentos musicales e incluso poder rehabilitar funciones motoras dañadas, mediante aprendizaje por imitación.
Lo que queda claro es que, sin esta capacidad, ser humano no sería lo mismo y probablemente el factor social, que resulta evolutivamente uno de los más importantes para la humanidad, quedaría tan limitado que, permíteme declararlo: La humanidad no sería nada.
Ahora comprendes un poco mejor por qué somos capaces de entender situaciones en las que no estamos involucrados directamente sino que sólo obtenemos información visual o auditiva, pero con eso nos basta para poder meternos un poco en la piel de terceros y poder sincronizarnos para entender mejor el mundo.
Así que cuando se te presente una situación en la que piensas que estás perdido porque no entiendes nada de lo que sucede ya sabes: KEEP CALM AND EMPATHIZE!
P.d.: No os preocupéis por el chaval y su novia, pudieron superar esa dura situación y años después se casaron, tuvieron tres hijos y se compraron un perro, al que llamaron… Willy.
- Vía Letus Padaletus
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