Desde temprana edad se enseña a las personas a relacionar distintas emociones con alguna palabra: tristeza, alegría y enojo, suelen ser las más comunes y fáciles de identificar. Sin embargo, los sentimientos y estados de ánimo humanos en ocasiones resultan indescriptibles, al punto de incapacitar a la persona de definir qué es lo que siente.
Es por lo anterior que el diseñador John Koenig creó un diccionario llamado The Dictionary of Obscure Sorrows, el que cuenta con 100 emociones reales e identificables, que aún no poseían nombre y que, sin embargo, muchas personas ya han vivido.